sábado, 12 de septiembre de 2015

¿Cómo puedo mejorar mis estrategias pedagógicas para formar a los estudiantes en competencias ciudadanas?

Enseñar una asignatura como la de Educación Cívica es un reto bastante difícil. Quienes concibieron esta materia la crearon como un espacio de formación de los jóvenes y preparación para su ejercicio como ciudadanos. Es evidente que esto es algo que no se puede limitar o lograr en cuarenta u ochenta minutos semanales; los estudiantes asisten a clases y se preocuparán por cumplir con la evaluación, aprenderá algo sobre la existencia de una ley o un principio constitucional, hará lo mejor que pueda en un proyecto y tratará de sacar buena nota en el examen. Sin embargo, vista así la asignatura no tendría mayor relevancia en cuanto a su formación ciudadana.

Además, existe la lamentable tendencia a pensar que Educación Cívica es sólo aprender a "portarse bien" bien en un acto cívico. Los colegas de otras asignaturas buscarán al profesor de Cívica para que les explique como entra la bandera al salón de actos y para que les diga si el Himno a la Bandera se canta completo en tal o cual fecha. Es una visión limitada sobre lo que significa la formación ciudadana y corresponde a una visión equivocada como la que hace pensar que la función de Educación Musical es proveer actos culturales para cualquier evento importante o que Educación Física es solo para jugar las diferentes modalidades del fútbol.

Ante este panorama hay que preguntarse cómo podemos, desde las estrategias pedagógicas, formar a nuestros estudiantes en competencias ciudadanas. Aquí va una respuesta:

Primero: mantener claro el Norte.

¿Cuál es el Norte que debe orientar la formación ciudadana? ¿Cuál es la meta a la que debemos dirigirnos? Sería penoso hacer estas preguntas a un educador costarricense y que este no sepa contestar, los fines de la educación costarricense están claramente expresados en la Ley Fundamental de Educación que está vigente desde 1957.

Nuestra labor como docentes de la asignatura de Educación Cívica, así como la de todos los educadores costarricenses, debe tender hacia el cumplimiento de los fines expresados en la ley; hay que repetirlos como un mantra; no solo repetirlos con las palabras, sino tenerlos claros en cada programa, cada acción que realicemos como funcionarios del Ministerio de Educación Pública.

Segundo: volver a la teoría y llevarla más allá del salón de clases

El docente debe actualizar sus conocimientos sobre la asignatura que imparte. Repasar el concepto de las competencias ciudadanas como integradoras de varias experiencias de aprendizaje es importante para aclarar que se trata de llevarlas más allá del salón de clases y convertirlas en eje transversal de otras actividades que se pueden desarrollar con un alcance más amplio, dentro y fuera de la institución educativa.

La comunidad educativa y la población que circunda al centro educativo están llenas de oportunidades para ejercitar las competencias ciudadanas.  Las actividades extracurriculares, los juegos, las ferias, la observación participante de los estudiantes se pueden emplear como forma de orientar la reflexión de los estudiantes sobre el contexto que los rodea. 

Tercero: estimular la autonomía de los estudiantes

Actividades como las ferias, la organización de clubes, campeonatos internos y paseos son una oportunidad para que el estudiantado ejerza cierto grado de autonomía y participe activamente en la toma de decisiones sobre las dinámicas que se desarrollan  en su centro educativo. Esta participación y ejercicio de la toma de decisiones puede y debe estar orientadas por los funcionarios de la institución dentro de la zona de desarrollo próximo en que los jóvenes se sientan retados hacia el alcance de nuevas metas dentro de lo que ya pueden hacer según las habilidades que puedan demostrar.

Dentro de una sociedad adultocéntrica no abundan las oportunidades para que los jóvenes ejerzan participación activa en la toma de decisiones. En el mismo centro educativo debería aprovecharse las oportunidades para potenciar la reflexión de los estudiantes y conseguir una representación legítima de estos en la discusión sobre temas tan trascendentales como son las que tienen que ver con evaluación y procesos disciplinarios. Las ferias científicas y la investigación social también son oportunidades valiosas para realizar estudios sobre el comportamiento de la opinión en la comunidad estudiantil.

Conclusión: aprovecharlo todo

En resumen, mi propuesta como docente consiste en volver la vista de los docentes de Educación Cívica hacia la riqueza de dinámicas que se desarrollan dentro y fuera del proceso educativo. Todos los años, se desarrollan gran cantidad de actividades dentro del centro educativo, sería valioso aprovecharlas para estimular en los estudiantes la curiosidad y abrirles los espacios para el ejercicio de las competencias ciudadanas.

Los administradores de los centros educativos y de la totalidad del Sistema Educativo deben, una vez más, ver hacia los fines de la Educación Costarricense y plantearse la participación y representación estudiantil como un aspecto fundamental en el desarrollo de las actividades que se originan en las escuelas y los colegios y por los cuales estos se proyectan hacia la comunidad que los circunda.

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